Hem parlat amb Fernando López, filòsof que s’acaba de graduar en Infermeria a la Universitat Rovira i Virgili i que ha obtingut el Millor Expedient Acadèmic.
Com va ser que vas decidir estudiar infermeria?
- Siempre me interesó el tema de la salud. No obstante, mi camino no empezó con ella, más bien con la filosofía que creo que, inconscientemente, me llevó a toparme con la enfermería. Tras licenciarme en filosofía y aún atraído por el terreno de la salud, estudié para ser técnico en emergencias sanitarias. Tras trabajar un tiempo en este ámbito y con ganas de seguir profundizando y aprendiendo, finalmente decidí estudiar enfermería. Durante la carrera he podido encontrar multitud de conexiones, he rescatado multitud de aprendizajes que han hecho que ponga en un extraordinario valor la voluntad de una profesión que no sólo centra su actividad en lo científico, sino que se mezcla con la gente, lo cotidiano, y que tiene la humildad de ser capaz de bajar del pedestal de una hegemónica objetividad científica, para mezclarse, comprender y mirar en todos los rincones, las múltiples perspectivas, relatos, factores, determinantes, etc., que participan en los procesos de salud-enfermedad. El cuidado enfermero no sólo participa en la curación. Tiene un potencial transformador en sí mismo. Se hace por y con el otro. En una realidad donde cada vez más lo individual se zampa lo colectivo, es necesario apostar por miradas que acepten lo complejo, aporten herramientas, fomenten la autonomía y la responsabilidad de las personas y, sobre todo, lo hagan en común.
Com has viscut que hagis tret el millor expedient acadèmic?
- La verdad que ha sido una sorpresa. Es cierto que durante toda la carrera me he esforzado mucho y he sacado buenos resultados, pero no imaginaba que obtendría el mejor expediente académico. Han sido unos años duros de trabajo. Por eso, siempre es agradable que se reconozca el mérito. Estoy muy agradecido por ello.
Has estat treballant com a infermer en algun Hospital durant la primera onada de la pandèmia? On? Com ha estat l’experiència?
- Durante la primera ola de la pandemia estuve trabajando en el servicio de urgencias del Hospital Comarcal del Vendrell. Fueron momentos difíciles pero, sobre todo, inéditos. Tocó gestionar multitud de situaciones nuevas que se daban una tras otra, cambios y aprendizajes apresurados, con muy pocos recursos y, además, sin ningún precedente. Sin duda, algo muy complicado que se sumaba a la inexperiencia con la que comenzábamos prematuramente muchas enfermeras. Creo que es algo que siempre pervivirá en nuestro imaginario, sobre todo para aquellos que estuvimos trabajando en esta primera “bofetada” de la pandemia. Fue todo muy repentino y, como digo, conjugó situaciones profesionales y personales muy duras: la sobresaturación del trabajo, la sorpresa de un virus que no sólo se cebaba con las personas más frágiles, familiares que enfermaban, la distancia, la soledad, la impotencia de no poder hacer nada, el dolor ajeno y propio constante, ver compañeros que caían muy enfermos, verte expuesto, exponer a los tuyos, otros que se iban directamente… En el fervor del momento uno no se para a recapacitar todas estas cosas. Ahora, en frío, es cuando uno hace recuento de la tragedia y la verdad que conmueve. Pero también conmueve todo lo bueno que fue capaz de surgir de todo esto. En mi ámbito más concreto me llevo la experiencia de un excepcional equipo de profesionales que me aceptó como uno más desde el primer día, en el que me sentí cuidado y que se expuso de manera exhausta y resiliente en proveer la mejor atención. Enfermeras, auxiliares, médicos, celadores, técnicas, limpiadoras… De todos aprendí lo mejor en los peores momentos. En un ámbito más amplio no fueron solo los aplausos. Fue la solidaridad de la gente, anónimos que se movilizaban, que aportaban lo que podían, tejiendo y fabricando improvisados EPIS, el sentimiento de estar todos a una, enterarte de que existía una red de vecinos que apoyaban a los más vulnerables en el confinamiento, el pensamiento y la acción colectiva… Ahora que la pandemia se muestra de otra manera, no sólo en lo sanitario sino en la crisis social y económica, la pérdida de empleos, las colas del hambre… parece que hemos olvidado el potencial que tenemos como sociedad y colectivo. Quizás sería bueno recordar tan sólo unos meses atrás.
I ara com enfoques el teu futur?
- De momento, no me planteo un futuro cerrado. Mi trayectoria profesional cambiante demuestra esto. Ahora me encuentro trabajando en el ámbito de las urgencias y me estoy formando realizando un máster relacionado con la atención en urgencias y emergencias prehospitalarias. Es algo que me genera mucho interés y que disfruto. Provengo de trabajar en el ámbito prehospitalario como técnico, e ir profundizando, aprendiendo y progresando en el cuidado y la asistencia en este ámbito me motiva mucho. La docencia o la investigación son cosas que también me atraen. Pero, paso a paso. Primero toca formarse y adquirir experiencia.
T’estàs plantejant fer alguna especialitat EIR?
- En algún momento se me ha pasado por la cabeza. No obstante, no siento que encaje del todo con las especialidades que se ofertan. Quizás me interesaría la enfermería comunitaria, pero no siento que sea el momento. De momento, me apetece seguir formándome en el ámbito de los cuidados en el paciente crítico.
El teu treball de Final de Grau sobre les presons ha rebut també el primer premi al Millor Treballa de Final de Grau. T’interessa la recerca? Creus que els infermers i infermeres teniu facilitats per fer investigació?
- Sí, me interesa la investigación. De hecho, en el TFG que realicé junto a mi compañera Jessica Gallardo tratamos de presentar una mirada enfermera a la que hacíamos mención anteriormente y que permite observar cualquier fenómeno –en este caso, la salud y la calidad de vida en las prisiones- como lo que es, algo complejo. La mirada biomédica es importante pero “peca” de restringir y desplazar el resto de explicaciones o dimensiones. Creo que la enfermería conjuga una actitud comprehensiva de los fenómenos y permite el diálogo entre los diferentes modelos explicativos en el campo de la salud, en un plano de equivalencia. En nuestro caso, quisimos darle valor al relato sobre las necesidades y la salud autopercibida de las personas presas como componente indispensable para construir conocimiento sobre la salud en las cárceles. De esta manera, me gustaría continuar con la línea planteada en el TFG para futuros proyectos. De momento, no sé en qué forma.
Respecto a si existen facilidades para la investigación en enfermería creo que propuestas como las “Jornades d’Innovació i Recerca” o los “Premis Innovació i Recerca” de este año promovidos por el Colegio de Enfermería de Tarragona, son ejemplos que estimulan a las enfermeras a plantear proyectos de investigación. Y como éstos tenemos muchos. Existe mucha investigación en enfermería. No obstante, si la comparamos con la investigación en otras ciencias aún es algo que es naciente y, quizás, no se le da la importancia que merece. Eso supone que la enfermería tiene mucho que aportar y proponer, pero también ha de atreverse y esforzarse por hacerlo.
Com ho porteu els homes infermers treballar en una professió tant de dones?
- Tradicionalmente se relacionan los cuidados con una actividad que realizan las mujeres. Y es así, porque día a día constituimos una cultura que se basa en la distinción de roles de género, en todos los ámbitos de lo cotidiano. Los cuidados –como tantas otras cosas- al quedar asociados a “algo de mujer” adquieren un tinte peyorativo y son infravalorados socialmente. Sin embargo, los cuidados son algo hermoso y que encierra lo común -quizás, si nuestra sociedad pensara más en esto nos iría de otra manera-. Obviamente, la enfermería, como disciplina centrada en los cuidados, no escapa a todo esto. Por ello, es una profesión que se encuentra muy feminizada y, por eso también, choca ver hombres trabajando en este ámbito.
Aunque debiera ser así, es complicado, de repente, quererle dar la vuelta a la historia del patriarcado. No obstante, es tarea de todos y todas romper con estos roles que se “justifican“en presupuestos culturales –y, por lo tanto, alterables y deconstruibles-. Por todo esto, durante mi trabajo, trato de no ver a mis compañeras como “mujeres que cuidan”, sino como compañeras y profesionales que, al igual que yo, se dedican al cuidado como algo bonito, útil y transformador.
Per finalitzar, com veus el futur de la vostra professió?
- Creo que el futuro ya se ha hecho presente. La pandemia ha puesto sobre la mesa lo indispensable de profesiones como ésta. La enfermería se dedica a cuidar, pero también merece ser cuidada. Por desgracia, esto no ha acabado por redundar en la valorización y la mejora de ciertas condiciones. Por otro lado, creo que, cada vez más, abandonamos ese papel secundario que se le ha otorgado siempre a la enfermería, adoptamos más autonomía, responsabilidad y reconocimiento. De nosotras depende creernos y darle el valor que merece nuestra profesión y continuar luchando por que ocupe el lugar que merece.
